viernes, 31 de agosto de 2012

Lo que si sabemos de Miguel Trano

LO QUE SI SABEMOS DE MIGUEL TRANO

Miguel Trano es un tipo del barrio, de la escuela o del trabajo. Compañero de canchas, de boliche o de esquinas. Puede ser familiar, alguien que ayudaste alguna vez o alguien que te ayudó. 
Puede ser invento de la imaginación o puede que en algún lugar este sentado en un banco esperando un sentimiento, un gesto o ser parte de una historia.
Miguel puede ser en esta historia, la parte del vínculo más peligroso: puede ser que sea un amigo. Y acá si tendríamos un problema, acá si que no sabría decirte quien soy ni para donde voy. Si este tipo fuese un amigo tendríamos que reveer nuestra parte mas humana; porque lo que si sabemos de Miguel Trano es que no tiene Facebook.

miércoles, 22 de agosto de 2012

Después del último Bondi

DESPUÉS DEL ÚLTIMO BONDI
Es tarde, muy tarde como para que pase un bondi más. Veinte cuadras para llegar a la estación. Panza llena y la previa encima. Conseguir un remís y pagarlo a medias es el plan “a”  el cual no hay que pensarlo con demasiados detalles y guardárselos para el plan “b” que es el que generalmente recibe el llamado de la realidad.
A dos cuadras de la esquina que dejó de ser parada, encuentran una remisería.
- ¿Código? Amén corearon los remiseros casi al unísono.
Somos de acá a la vuelta dice Miguel, mas como respuesta que se volvió parte de un dialogo tradicional, como un hola y chau, que con esperanza de persuadir.
La caminata hacia la estación comienza después de ser rechazados, ninguneados y dejados a gamba por una mina que va resolviendo la noche con números.
Podrían poner un cartel en la ventana que diga “se viaja con código” y así los que no tenemos códigos evitamos ser parte y todos contentos, piensa Miguel con algún grado de ironía.
En la misma cuadra, a solo unos metros, un auto parado, pegado al cordón, con una sirena naranja y muda en su techo. Un tipo al lado del auto, al parecer sin un rol activo. Junto a una persiana de comercio cerrado, otros dos tipos agachados jugueteando con un candado. Cuando Miguel y su amigo pasan entre la persiana y el auto los dos individuos dejan lo que estaban haciendo por un instante,  Ping Pong de miradas, ellos tres bicampeones olímpicos, silencio absoluto y siguieron su ruta a la estación.
-¿Quien le pide código a quienes los reparten?
Dicen que después del último bondi la película ya no es la misma.

martes, 14 de agosto de 2012

Miguel Güemes

MIGUEL GÜEMES

Desde el primer dia de clases miguel sintió cierta admiración por su maestra. Carina era distinta  a las anteriores, ella le hacia ver cosas que antes pasaba por alto. 

Un dia carina dijo que tenían que hacer un trabajo sobre sus héroes, todos empezaron a gritar – superman, el hombre araña, batman, y muchos otros,  esperen esperen dijo la maestra, déjenme terminar,  no cualquier héroe, no tiene que ser  los de las películas o de las revistas, tiene que ser un prócer argentino,  de los que están en los libros, todos empezaron a quejarse, todos menos miguel, que conocía muy poco de estos héroes que nombraban sus compañeros, el no tenia gran acceso a las películas y mucho menos a los comics. Sus héroes eran mucho mas terrenales, sus héroes nacian y morían en el potrero del barrio, en paseos en bicicleta que simulaban grandes corceles y en historias que les contaban sus abuelos.
A la clase siguiente miguelito seguía sin saber a quién elegir, buscaba alguno que se pareciera a el o a su familia, le gustaba Belgrano, San Martin y algunos otros que les nombraron por ahi, pero todos ellos venían de familias adineradas, abogados o estudiosos y el se sentía muy lejos de eso.
Al comenzar la clase la maestra pregunto si ya tenían un prócer preferido, a lo cual todos empezaron a gritar nombres y a discutir quien nombro primero a quien, carina pidió silencio y dijo que todos escriban su nombre en un papel y lo dejen en una caja que había sobre su escritorio, luego empezó a sacar de a uno y ellos pasaban al frente y decían el procer que eligieron y por que.
Así fue el turno de fede, el colorado, que eligió a Belgrano porque era abogado como el padre, María que elijio a Sarmiento por que invento la escuela, Jorgito a San Martin por que cruzo los andes a caballo y asi se fueron yendo algunos de los que miguel tenia en mente. Cuando llego su turno no sabía a quien elegir, paso al frente y se quedo mudo, Carina le pregunto – y miguel? No se seño, ya eligieron a todos, no se me ocurre ninguno – pero como miguelito? Quedan muchos, vamos a hacer una cosa, yo tengo uno para vos, quedan cuatro compañeros, si ninguno lo elige es tuyo, si? – si seño, respondió miguel.
Cuando paso el bisco manuel y elijio a Saavedra, Carina miro a miguel y le giño un ojo, el estaba ansioso por saber.
Bueno ahora que todos tienen su procer..., no! Interrumpió miguel a Carina todos no!
Es verdad miguelito, vos aun no, vos vas a ser Martin Miguel de Guemes, el líder de la guerra gaucha, líder de los infernales! Miguelito abrió los ojos mientras el resto gritaba yo quiero ser Guemes el de los infernales, el líder de los gauchos, el de la guerra,  carina pidió silencio y dijo- basta chicos, ya repetimos a San Martin, Belgrano y muchos más, Guemes hay uno solo y es Miguelito.
Miguel sintió que algo importante estaba por descubrir, pero aun no era consciente que Guemes el líder de los infernales lo iba a marcar por el resto de su vida.


martes, 7 de agosto de 2012

Mucho más que tres tablones


MUCHO MÁS QUE TRES TABLONES
La primera bala dio la señal. Miguelito se tira al piso. Su metro diez se reduce a unos 30 centímetros y su largo, alfombra el piso de material. Las siguientes las escucho desde abajo reventando alguna ventana y abollando la pared de la casa. En silencio se levanto cuando afuera termino todo.
Enfrente venden base, la zanja de la vereda rebalsa, la esquina es un mundo ajeno aunque no tanto para su hermano más grande, la calle de tierra y las piedras hablan de miles y miles de juegos y también de sus pies descalzos, la policía maneja medio barrio y los padres no manejan cuándo y que se come.
Miguelito usa la diez y la pelota numero tres esconde sus botincitos cuando la lleva atada. Es la categoría más chica en el club pero con más promesas. Los sueños de los 7 años no se achican ni de visitante, ni cuando hace frío, ni jugando con el puntero. Tierra o cemento. Techada o al aire libre. Miguelito la emboca seguido.
El primer pitazo da la señal. Ahí no hace falta tirarse al piso, porque afuera lo aplaudimos y alentamos, festejamos y perdemos con el y sus compañeros.
Suele tomar la chocolatada caliente con el pan y mermelada después de los partidos y correr con sus amigos por el club todo el resto del día. Correr todo el resto del día….de la semana, en la casa, en el barrio. Como el padre, o su hermano, o su vecina.
Dejó de usar la diez cuando dejó de tener edad para seguir jugando en el papi futbol. 14 años. Su casa sigue ahí, la esquina, el frente, la policía, sus padres, la zanja, las balas, la mesa, la calle; todo sigue ahí. Salvo la diez y los alientos, los goles y el quipo, los botincitos y el calor de la tribuna de 3 tablones, que eran mucho más que eso.